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La inteligencia artificial ha conseguido numerosos avances en el mundo de la tecnología, permite crear imágenes con una única descripción, realizar códigos complejos y conseguir ser un asistente virtual para millones de personas. La IA ha entrelazado la creatividad con la técnica y AICCA es un claro ejemplo de ello. El perro denominado por su creador Artificially Intelligent Critical Canine es un robot que mediante su tecnología analiza y estudia las obras que observa. Además, tras un completo escaneo, AICCA expulsa críticas que desmenuzan y evalúan los aspectos más técnicos y creativos del arte.
El Mundo. (2023, 10 junio). Un crítico de arte muy perro que imprime sus juicios por el trasero [Vídeo]. YouTube.
El artista y el origen de AICCA
Mario Klingemann, un artista alemán, ha revolucionado el mundo del arte al aplicar los avances de la inteligencia artificial (IA) a sus obras. Utilizando algoritmos, sistemas de aprendizaje y redes neuronales, ha transformado los cimientos del arte tradicional. En 2018, Mario creó su primera obra utilizando los conceptos de la IA: “Memories of Passersby”. Esta pieza se convirtió en la primera obra creada por una máquina de IA subastada por Sotheby’s, una prestigiosa casa de subastas. La instalación utiliza redes neuronales para generar un flujo infinito de retratos, creando representaciones inquietantes y misteriosas de rostros masculinos y femeninos. Cada retrato es único y se crea en tiempo real mientras la máquina interpreta su propia salida. Esta obra autónoma desafía los procesos tradicionales de creación y principios estéticos, y su subasta marcó un hito en la intersección entre el arte y la tecnología.
Ilustración 1 Primera obra del artista / Sotheby´s
La idea de AICCA, explica Klingemann, nació como una solución a una realidad desconcertante: “La IA permite a todos ser artistas”. Es por eso, establece Mario, que AICCA es una herramienta que ayuda a estudiar el arte y que mediante un ojo objetivo se realiza una crítica que esclarece al espectador.
¿Cómo funciona AICCA?
El perro crítico, denominado así por algunos expertos, presenta la apariencia de un Terrier, aunque su aspecto se asemeja al de un animal de peluche. AICCA carece de piernas móviles y se desplaza mediante un soporte con varias ruedas, lo que le permite tener un amplio espectro de movimiento. Su análisis se lleva a cabo mediante una minuciosa observación visual, la cual se lleva a cabo mediante una cámara situada en uno de sus ojos.
AICCA con su fundador / Álvaro Sanz Llopis
La tecnología del crítico canino le permite enfocar los cuadros, capturar su contenido y almacenarlo. Luego, el robot envía estas imágenes a la nube, generando un “prompt” (indicación) para realizar el análisis.
Finalmente, gracias a la base de datos de ChatGPT, AICCA realiza una investigación comparando y analizando toda la información que existe sobre la obra en las redes y posteriormente, empleando un vocabulario pretencioso, pretendiendo imitar y satirizar la forma de hablar de los críticos humanos, AICCA “defeca” una tira de papel con su veredicto.
Ilustración 2Veredicto final de AICCA / COLECCIÓN SOLO
AICCA nos invita a considerar cómo la inteligencia artificial puede enriquecer y desafiar nuestra comprensión del arte y la creatividad. Tal vez, en su crítica, encontremos una nueva perspectiva o una pregunta inesperada que nos haga reflexionar sobre nuestra propia relación con el mundo visual.
By: Álvaro Lago
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